10 mar 2013

Día completo de caza


Me vuelvo a poner en contacto con vosotros otra vez más para comentaros la que fue mi primera salida de caza con un estupendo grupo de amigos.

La mañana comenzaba a las 8:00 con la recogida de los perros para posteriormente dirigirnos a una preciosa finca del sur de Badajoz, la cual dispone de barias y buenas manchas de jara, lentiscos y encinas, numerosos cerros y abundantes regatos.

Una vez en la finca nos dispusimos a andar por una de las manchas y al poco tiempo nos sorprendió una ladra, se trataba de una cierva la cual dejamos pasar, un poco más tarde, cosa así de las 10:00 vimos como los perros volvían a sorprender con una preciosa imagen, levantaron un grupo de 4 ciervas y un venado a los cual no pudimos tirar y corrieron con una larga ladra.

Al regresar los perros cambiamos de orientación para entrar en la parte más densa de la mancha y conforme avanzábamos se iba notando más la presencia de guarros, tanto por las veredas como por el olor, pues en una pequeña parada que realizamos sobre las 11:20, mi compañero Juan me dice: tenemos algo cerca que huele… y en ese momento nos rompió por debajo un guarro el cual solo pudimos escuchar por la densidad de la vegetación.

Seguimos nuestra marcha y los 10 minutos se escuchan a los perros ladrando seguido de tres detonaciones, en ese mismo instante y sin pensarlo Juan y yo salimos corriendo hacia el lugar donde se escucharon y al ver las caras de Dani, Pozo y especialmente la de Rober supimos que el 24/11/2012 no se nos olvidaría, había abatido un hermoso jabalí con una bonita boca.



Según nos contaba: los perros andaban muy calientes en una zona junto a un pequeño regato y de golpe dos perros; un pointer “Rufo” y un bretón “Chico” lo sacaron de su encame, Chico estaba agarrado a la pata trasera y Rufo al cuello del animal y este con un fuerte cabezazo lo lanzó, momento en el que se llevó el primer tiro,  los perros se le volvieron a agarrar mientras el guarro corría hacia los cazadores y sin dudarlo le dio el segundo tiro y para rematarlo y que dejara de sufrir le dio el tercero.


Algo más tarde se escuchó a un perro ladrar de parao y nos dispusimos a ver que había, en esta ocasión sin suerte y sin ver nada, pero al cabo de 5 minutos vimos a lo lejos al perro detrás de un espectacular cochino que corrió mejor suerte que su compañero.


Para terminar recogimos los perros y cargamos el animal en el coche, para celebrar lo bien que se había dado la jornada en casa del afortunado del día, comiendo y bebiendo junto a la chimenea y a un buen grupo de amigos, a la que se nos unieron Juan y Llorente que no pudieron venir por la mañana.




Y para rematar el día terminamos la celebración en la discoteca del pueblo.

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